● En su
vestimenta: cuidaba mucho de su forma de vestir.
-“Se ponía la ropa más fina que
provenía de Egipto. Llevaba un vestido llamado Al ‘Adaniyya y decíamos: “este
debe valer mucho.”
● En su
casa: solía poner muchas alfombras, y escribía en la puerta de la casa, por
fuera:
“Lo que Al·lâh quiera”.
Cuando le preguntaron sobre el secreto de aquella escritura, él respondió: “da
más belleza a la casa, además me recuerda el dicho de Al·lâh, Enaltecido Sea: [Más te habría valido si al entrar
en tu jardín hubieras dicho: Que sea lo que Al·lâh quiera, no hay poder sino
por Al·lâh... (Sura de Al Kahf, La Caverna:39)”
● Poseía
un anillo de plata en el que estaba escrito: “Al·lâh me basta, que es el mejor Manejador de los
asuntos”. Decían: “mirábamos al anillo por la belleza de aquella escritura.”
● La
comida: solía dar a su familia dos Dirhams cada día
para que compraran carne. Le gustaba mucho la fruta, especialmente el plátano
porque se vendía durante todo el año.
Algunas
personas criticaron el hecho de que cuidara mucho de su elegancia, y él les
respondía: “¿acaso la fe de un hombre se mide por su vestido?” Y luego añadió:
“Al·lâh es Bello y Ama la belleza.”
Uno de
los ascetas, llamado Yahyâ Bnu Yâzid, le mandó una carta en que decía a Mâlik
Ebnu Anas: “me enteré que vistes y comes lo delicado, que te sientas en el
suelo y pones en tu puerta una protección. Eres un ‘âlim y la gente viaja PARA
verte eligiéndole como imâm. ¡Oh Mâlik!, Teme a Al·lâh, y sé más modesto en tu
comida, vestimenta y vivienda. Te escribo para aconsejarte, y nadie excepto
Al·lâh, Glorificado y Enaltecido Sea, sabe lo que está escrito en esta carta.”
Mâlik le
respondió diciendo: “tu carta me ha llegado, y he ACEPTADO el consejo, la
compasión y el buen comportamiento. Que Al·lâh te haga gozar de la buena
conducta y te dé la mejor recompensa por el consejo, y pido a Al·lâh,
Enaltecido Sea, el éxito.
En cuanto
a lo que has mencionado, que yo como y visto lo delicado y me siento en el
suelo, pues, es verdad que lo hago y que Al·lâh me alivie de lo prohibido, sin
embargo, Al·lâh Enaltecido Sea, Dice: [Di: ¿Quién prohíbe los adornos de
Al·lâh, creados por Él para Sus siervos, y las cosas buenas de la provisión?
Di: Todo esto, El Día del Levantamiento, pertenecerá en exclusiva a quienes en
la vida del mundo hayan sido creyentes. Así es como dejamos claros los signos para
los que saben. (sura de Al A‘râf: 32)](sura de Al A‘râf: 32)]. Yo sé que
dejarlos sería bueno, pero cada cosa sirve para lo que ha sido creada, si tú
has sido creado por eso, yo también lo he sido por esto y en ambos hay bien, si
Al·lâh Quiere. No me prives de tus cartas, pues yo no te privaré de las mías,
ni de mis súplicas”.
No
obstante, en nuestra sociedad actual encontramos totalmente lo contrario, pues
apenas la gente tiene opiniones diferentes empiezan a afrentarse los unos
contra los otros. El Profeta, que los rezos y la paz de Al·lâh Sean sobre él,
dijo: “los signos con que se descubre al hipócrita son tres – y en otra versión
cuatro- si litiga, deprava”. Queda una pregunta importante: ¿cómo nos hemos
enterado de esta carta y cómo llegó a nosotros? El Imâm Mâlik la difundió para
que la gente APRENDIESE de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario