martes, 17 de febrero de 2015

Había una vez...


Los tiempos en que los "sabios" del Din sabían algo de las ciencias y el conocimiento secular del mundo parecen hoy algo más irreal que los unicornios azules, pero fueron muy reales. 

Muchos musulmanes toman la ruta del conocimiento científico y "adaptan" el Islam a su entendimiento limitado, porque se espantan del "Ilm" que exhiben los así llamados guías de la ummah de hoy (y no me extraña, es tentador).

Es cierto que el mayor físico de la historia, Sir Isaac Newton, dominaba en su día un conocimiento de la ciencia natural que supera hoy con creces el estudiante medio de bachillerato en Europa. Y la explosión del conocimiento lo hace inabarcable para nadie, erudito islámico o gran científico chino, y no para de crecer. Ya no hay, desde hace mucho tiempo, gente de saber casi total, enciclopédico, como antaño: es simple y llanamente imposible. No se puede ignorar todo el asunto simplemente porque no se entiende. Pero lo que sí se puede exigir es un mínimo, un rudimento al menos, para no decir barbaridades que dejan a uno tiritando o llorando de pena. 

Los golfos del Golfo censuran y cercenan la ciencia, la lógica y la filosofía en el currículo escolar (ni filósofos islámicos del pasado como Ibn Sina o Ibn Rushd está permitido leer por esos lares) y luego esperan que los "productos" de esos sistemas educativos prodigiosos con un mero diploma en "ciencias islámicas", del que me permito dudar que sea siquiera completo o profundo vistas las fatwas y opiniones que resultan de él, con el perdón debido lo digo, esa misma gente, digo, se quiere que sean luz para la ummah. 

Pero peor aún son quienes les siguen rechazando toda su educación y desarrollando fobia a leer, y les escuchan como si fuesen Oráculos de Delfos vivientes, de verdad, propagando a los cuatro vientos la ignorancia más oscurantista que he visto en mi corta vida, una falta de saber tal que hace palidecer la barbarie intelectual de Torquemada y toda la Inquisición Española junta.

Interesante charla de Shaykh Yasir Qadhi sobre este problema.

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