martes, 17 de febrero de 2015

Reflexión del hermano Al Qasem AbdelWadood Ash Shafi'i

Me dicen que el "consenso de todos los sabios" ya afirma (al fin) que ISIS/Daesh son Khawarijj. Algo es algo, no digo que no, pese a no creer posible ese consenso total, pero nadie quiere mirar al origen de las ideas de estos bárbaros. Imagino que si tiramos del hilo encontraremos científicos, librepensadores, celebradores de San Valentín y, por supuesto, fanáticas tariqas sufíes que se cargan el Islam porque hacen hadras cuando pueden para subvertir el "haqq". Promocionar la ignorancia, el salvajismo, el despotismo y todas las bondades asociadas a estas otras tendencias que nadie nombra está claro que, quienes hacen eso y más, NO TIENEN NADA QUE VER.

"¡Orgulloso de ser musulmán!" es un eslogan muy de moda. ¡Vaya! Antes el Islam se enorgullecía de sus siervos más humildes y ahora es justo al revés. Una hermana anónima se convirtió no hace tanto, muy joven. Sus padres aceptaron todo, incluido el salat a sus horas y los hábitos alimenticios. Sólo le pidieron que no se pusiese el pañuelo en el vecindario bastante conservador hispano en el que vivía la familia (y todos sabemos lo que significa eso por estos lares). Desconozco por qué lo pidieron los padres, quizás vergüenza o lo que sea, aunque poco importa, la verdad. Ella se enzarzó más y más por este tema, se le fue la lengua de más y, tras repetidas advertencias, acabó de patitas en la calle. Ella se fue, muy altiva, diciendo que "¡Allah le daría más de lo que ellos le habían dado jamás!" Tras mil penurias no muy gratas imagino que al fin reconoce que Allah no premia: a) discutir con tus padres, b) que se presuma de ser tan especial que Él subhanahu wa ta'ala esté obligado a proveer a nadie, c) especialmente si se busca la miseria por un arranque de obstinación y estupidez, d) el desagradecimiento con lo que los buenos padres, por misericordia de Allah mismo, le habían realmente provisto durante toda una vida, e) el considerar irrenunciable un pañuelo y prescindible hasta el adab más básico, f) etc.

El converso también, o el que nace musulmán pero pasa de todo hasta edad adulta y, de repente, descubre el Islam y quiere ser "estricto" para compensar su pasado. Tan estricto que, viviendo en Europa se planta en las entrevistas de trabajo con una pinta de radical yihadista, dice que por seguir la "Sunnah", que echa para atrás y nadie le contrata. ¡Malvado occidente!, clama al cielo. De nuevo, más importante la barba de un palmo y el bigote rasurado y hasta la chilaba, que el deseo de ganarse el pan. ¡Allah proveerá!, dice. ¿Le vas a obligar? ¿Como premio a una sunnah con desprecio de un fardh?

Perdonadme, pero tengo mañana bastante triste porque veo cosas que me horrorizan cada día. Cada vez digo con menos énfasis a quienes me rodean "¡Eso no es el Islam!", no porque estos ignorantes sean de verdad el Islam o el verdadero Islam, que sin duda no lo son, sino porque veo que habría que, en vez de la frasecita, cada vez más hacer un semestre completo de historia, teología y política musulmanas en los últimos dos siglos, para que cualquiera, incluidos muchos musulmanes, entendiesen mínimamente qué está pasando hoy.


Peor que la muy real subvención financiera de estos grupúsculos que se vuelven monstruos sanguinarios SIEMPRE, es la aún más real subvención ideológica que les da las alas para ser lo que son y reclamar para sí el nombre del Islam.

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