En el
nombre de Allah, el Clemente, el Misericordioso, el Señor de todos los mundos,
el Justo, el Creador de la vida y la muerte. El Único que merece ser adorado.
A
vosotros terroristas, asesinos, violadores, ladrones, estafadores y devoradores
de sueños, raza de víboras sin alma, mentirosos, injuriadores, me dirijo para
llamaros por vuestro nombre. No soy un sabio, no soy un erudito, no soy una
persona perfecta, ni el mejor de los creyentes, no soy más que uno mas.
Cuando
era un niño, mi padre me llevaba en sus hombros, y me enseñaba las cosas bellas
de la vida. Me hablaba de Al Andalus, de la Mezquita de Córdoba y de la
Alhambra y, en mi corazón infantil, amaba todas las cosas buenas que me contaba
y yo le quería con todo mi ser. Allah estaba en mi corazón, y nada ni nadie me
podía separar de él. Al Ándalus era el mundo más hermoso que podía imaginar.
Vosotros,
ratas de alcantarilla, que os tapáis la cara para ocultar vuestro verdadero
rostro criminal, queréis destruir todo cuanto amo y aprendí. Queréis arrasar
los santuarios de los sabios, quemar sus libros, destruir la cultura y la
civilización de Al Ándalus, arrasar España y Portugal y extender la violencia y
el odio.
Vosotros,
asesinos sin alma, matasteis a trabajadores, amas de casa, chicas que soñaban
con un mundo mejor, adolescentes deseosos de vivir, musulmanes y no musulmanes,
con vuestras bombas, el 11 de marzo de 2.004 en Madrid. Matasteis a inocentes
igual que un vampiro que devora a un pobre cordero. Matasteis en la única
capital de Europa fundada por musulmanes, porque no os importa ni el islam ni
los musulmanes.
Yo le
digo con a los refugiados de vuestras guerras, lo que el poeta andalusí Al-Mu'tamid, decía a su
ciudad en su exilio:
Invisible tu persona a mis ojos,
estás presente en mi corazón;
Te envío mi adiós con la fuerza de la
pasión,
con lágrimas de pena, con insomnio;
Indomable soy, y tú me dominas,
y encuentras la tarea fácil;
Mi deseo es estar contigo siempre
¡Ojalá pueda concederme ese deseo!
¡Asegúrame que el juramento que nos une,
no se romperá con la lejanía;
Dentro de los pliegues de este poema,
escondí tu dulce nombre I'timâd.
A los
amantes, que perdieron su amor por vosotros, les digo con las palabras de Ibn
Zaydun:
Hoy, triste, me distraigo con las flores,
de los ojos imán, donde la escarcha
juega vivaz hasta inclinar su cuello.
Pupilas son, que, al contemplar mi insomnio
sollozaron por mí; por eso el llanto
irisado resbala por su cáliz.
A
vosotros, que habéis asesinado al padre, prostituido a la madre, vendido a la
hija, adoctrinado al hijo para convertirlo en un fanático y robado al pobre, el
Sagrado Corán os dice:
“Entonces Allah les
dirá a los Ángeles: Tomadlo y ponedle argollas en el cuello. Introducidle en
Yahim (el fuego del Infierno), Sujetadle, luego, con una cadena del Infierno de
setenta codos, Pues no creía en Allah, el Grandioso,Ni exhortaba a alimentar al
pobre". (Sura
al-Haqq, aleyas 30-34)
“Y agregarán: Si
hubiéramos oído o razonado, no estaríamos ahora con los condenados a as-Sa'ir
(al Fuego). Entonces reconocerán sus pecados. ¡Qué lejos están de la
misericordia de Allah los condenados As Sa'ir (al Fuego)". (Sura al-Mulk, aleya 10-11)
"El Infierno posee siete puertas y cada una está destinada
para un grupo determinado de pecadores... " (Sura al-Hiyr, aleya 44)
“El calor del fuego del Infierno es mucho más intenso aún, si lo
comprendierais". (Sura
at-Tawbah, aleya 81)
"Toda vez que se les queme la piel
se la cambiaremos por una nueva, para que sigan sufriendo el castigo..." (Sura an-Nisa, aleya 56)
"Pero no, su castigo será el fuego del
Infierno, Que abrasará todos los miembros. Atraerá a quien se negó a seguir la
Verdad y se apartó de ella, Y acumuló bienes con avaricia. Ciertamente el
hombre fue creado impaciente". (Sura al-Ma'arij, aleya 15)
“Por cierto que le arrojaré al fuego del
Infierno (Saqar) ¿Y qué te hará comprender qué es el Saqar? Es un fuego que No
deja nada sin quemar, ni cesa jamás. Abrasa la piel. Hay diecinueve Ángeles
severos que lo custodian". (Sura al-Mudazir, aleya 26-30)
“Por el contrario, serán arrojados Al Hutamah ( el Fuego
devastador).¿Y qué te hará comprender lo que es Al Hutamah? Es el fuego
encendido por orden de Allah Que penetra hasta los corazones. Y ciertamente el
Infierno será cerrado Con columnas elevadas para que no puedan huir". (Sura al-Humazah, aleyas 4-9)
“Arroja chispas
grandes como palacios. Chispas que semejan camellos pardos”. (Sura al-Mursalat, aleyas 32 -33)
"Un grupo en el paraíso y un grupo
en el Sa'ir (es decir, el fuego ardiente)". (Sura al-Shurah, aleya 7)
Vosotros,
con vuestros videos cargados de odio y violencia, que os describen como lo que
sois, macarras armados por otros macarras de guante blanco. Cada vez que
amenazáis con destruir Portugal y España en nombre de Allah, para recuperar Al
Ándalus, sembráis la islamofobia contra el más débil, la mujer inmigrante, la
chica que usa hiyab, el joven que se recorta la barba, el converso que es
señalado como un sospechoso, el parado musulmán que busca trabajo y el que lo
pierde porque a sus jefes ya no les gustan los musulmanes. Sembráis la
discriminación y alimentáis a los partidos populistas que desean echar de
España a los musulmanes, con la excusa de vuestros crímenes y dais la
oportunidad a los islamófobos de que insulten al Profeta, (saw) y al Sagrado
Corán. Sois el anti-islam, la hez de la que se alimentan los que rechazan el
islam. No os necesitamos, no os queremos. Vuestra guerra no es una yihad. No
nos ayudáis: nos maáis, como las mezquitas que quemáis en Nigeria o Camerún. No
hay un solo precepto del Sagrado Corán que no violéis.
El
Mensajero de Allah (s.a.s.) reunía a sus
compañeros y les advertía de que “no mataran
mujeres, niños, ancianos, monjes, a los que se rindiesen, ni que destruyeran o
quemaran casas, cultivos o arrancaran árboles”.
Vosotros
matáis a los hombres santos, quemáis las iglesias de los cristianos, violáis a
las mujeres yazidíes y secuestráis a sus hijos. Vosotros no sois musulmanes,
vuestra enseñanza no forma parte del islam.
Estamos
hartos de vosotros, asqueados de vuestros crímenes. No representáis al islam.
Cada vez que convertís a una niña en una bomba humana insultáis la memoria de
los musulmanes. Solo conseguís nuestro
desprecio.
Vosotros,
que vivís como los lobos y las hienas, desviados del islam, os llamáis
salafistas pero actuáis como mercenarios, os llamáis salafistas pero vuestro
compañero es el mal, Os llamáis salafistas y profanáis tumbas, os llamáis
salafistas y no respetáis, ni al huérfano, ni a la viuda.
Vosotros
odiáis todo lo que yo amo, todo lo que me enseñaron, todo lo que da sentido a
mi vida. Vosotros prostituís el nombre del Sagrado Corán, vendéis a los
musulmanes por un barril de petróleo, como delincuentes.
Hoy
quiero deciros que yo amo al Profeta, (saws) y que vuestros crímenes no me
importan, me dan asco. Quiero que sepáis que estoy al lado de cada víctima, que
estoy junto con la viuda, el mutilado, el joven al que le habéis arrebatado su
mente para formar un zombi a vuestro servicio, como un autómata sin voluntad
propia.
Yo y mas
de mil millones de musulmanes estamos en guerra contra vosotros y vuestras
difamaciones, porque amamos cada palabra de esa Shariah que no sabéis ni podéis
comprender.
Habéis
salido de las cloacas del poder, que no tiene padre ni madre. Os vestís de
negro como los fascistas italianos, habláis señalando con el cuchillo mientras
cortáis cabezas como los matones y chulos. Os creéis poderosos y solo sois
títeres del poder.
Allah
existe, la verdad existe, y el juicio de Allah tendrá lugar. No me avergüenzo
de los pobres del mundo, de los niños ahogados en el Mar Egeo que huyen de
vuestra locura, no me avergüenzo de las familias sin hogar, ni del vagabundo,
no me avergüenzo de los marginales, no me avergüenzo del hombre que no tiene
dinero para alimentar a su hijo, porque vosotros se lo habéis arrebatado todo,
no me avergüenzo de mi profeta (saws), que vivió y murió con humildad. Me
avergüenzo de un mundo injusto y cruel que no conoce a Allah, ni sabe qué es el
amor. Me avergüenzo de los que se benefician de vuestros crímenes, y me da
igual si vuestro patrón es ruso, francés, norteamericano o vive en el Golfo
Pérsico. Me avergüenzo de todos vosotros.
No
envidio a los poderosos y sus torres de marfil construidas con el sufrimiento
de la gente, el profeta (saws), vivió en una casa sencilla. No envidio a los
que se dicen creyentes, dan limosna y se comportan como los antiguos faraones
construyendo nuevas pirámides para su vanidad. Alabo al hombre que hace el bien
y busca el bien, sin otra recompensa que Allah.
Amo, a la
mujer abandonada, vendida, perdida, porque el mundo que crearon otros le negó
su derecho, al niño soldado, que no sabe jugar, a los jóvenes desesperados por
la locura de una injusticia que no pueden comprender, a los días grises y los
campos quemados por el napalm y las bombas. Amo las heridas de los moribundos y
las ruinas de cada ciudad destruida por la avaricia.
El
Sagrado Corán dice:
“Éstos estarán En jardines, y se preguntarán acerca de la
situación de los pecadores. Entonces, Allah hará que puedan verlos como si
estuvieran cerca de ellos y les preguntarán: ¿Qué es lo que os condujo al fuego
del Saqar? Responderán: no nos contábamos entre los orantes, no dábamos de
comer al pobre, discutíamos y refutábamos la Verdad injustamente y desmentíamos
que llegaría el Día del Juicio. Hasta que nos llegó la muerte". (Sura al-Mudazir, aleyas 40-47)
Vosotros,
que arrasáis las calles sembrando el terror, que cortáis cabezas para
exponerlas en público, que queréis que os obedezcan con miedo, no sabéis qué es
Allah.
A
vosotros, terroristas, os deprecio, como el profeta (saws), os despreciaría.
Hacéis de la tortura vuestro oficio y de la muerte vuestro hogar.
El
Mensajero de Allah (saws), dijo "El hombre
combate por el botín; el hombre combate por la gloria; el hombre lucha por
demostrar la superioridad de su temple; ¿quién es el que combate en el camino
de Allah? El que combate para que sea exaltada su palabra, ése está en el
camino de Allah" (Al-'aïnî, 6557).
Vosotros
combatís para que otros sean más ricos, para tener mujeres, riquezas y botín.
Matáis por dinero y por poder.
Fuente:
Webislam
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