Si
le preguntamos sobre las sectas desviadas a cualquier recién musulmán que
obtiene información sobre Islam en facebook, o que consulta al sheikh Google
aleatoriamente o que lee los famosos libros traducidos de Arabia Saudita, ”guía
para todo converso”, o que ve los famosos vídeos de youtube de gente de quienes
únicamente conoce el nombre, sin pestañear responderá : “Los chiitas y los
sufís”. Por cierto, no existe tal cosa llamada chita o chiita, chita es un
animal no es una secta.
Se
le denomina Shiísmo y a sus adeptos Shía, es decir, seguidores de. Como veis no
es una palabra con sentido diabólico, es una palabra normal y corriente que se
puede usar en cualquier contexto en lengua árabe.
A
los nuevos musulmanes, incluso a musulmanes que han heredado el Islam de sus
padres y que han recibido el clásico adoctrinamiento desde su infancia de
"nuestro grupo y nadie más, somos los verdaderos musulmanes y los demás
unos desviados o unos incrédulos" se les engaña fácilmente mediante el uso
de una terminología y de una etiqueta asociadas a una imagen en sus mentes.
Si
los Shía se asocian a un grupo de descerebrados que se rajan la cabeza y se
autoflajelan en el día de Ashura gritando ¡Oh Hussein! Los Sufis se asocian a
otro grupo de descerebrados que saltan como poseídos o que se ponen en circulo
meneando la cabeza entre otras acciones dignas de gente anormal.
Sin
embargo, juzgar a todo un grupo o a una comunidad por lo que hace una minoría
de fanáticos y de descarrilados ni es signo de inteligencia, ni de conocimiento.
La gente inteligente averigua lo que subyace detrás de las etiquetas leyendo
todo lo escrito al respecto de fuentes fidedignas.
¿Acaso
el Islam tiene la culpa de que “Daesh” y sus clones hayan secuestrado el
término Islam haciendo en su nombre lo que les da la gana?
Empezamos
desde el inicio, el Corán, porque si empezamos con lo que hacen y dicen los
musulmanes nos perderemos fácilmente. "¿Qué dice Allah o qué dice el Corán
respecto a...?" es la primera pregunta que debemos formularnos siempre que
queramos saber sobre una cuestión. Es el punto de partida. Ni dijo fulano, ni
dijo mengano. Debemos buscar: Qué dijo Allah primero.
Allah
nos dice que fuimos nombrados o "etiquetados" como mu-sul-ma-nes. Ahí
termina la historia. El Profeta Muhammad no se agregó ni a sí mismo, ni
estableció para los musulmanes otra etiqueta que no sea la ya mencionada en el
Corán. Pero tras su muerte, y no conformes con ser únicamente musulmanes,
empezó la era de las etiquetas históricas multiplicándose a través de los
siglos.
Cualquiera
que desee definirse como x, y, z ...es libre de hacerlo porque
independientemente de la etiqueta, seguiremos siendo todos musulmanes y cada
musulmán es responsable ante Allah de sus creencias y de sus obras. No le
incumbe a nadie inmiscuirse y rebuscar en las creencias de otros. Nuestro
deber, no sólo hacia musulmanes, sino hacia toda la humanidad, es tratarnos de
la mejor manera entre nosotros y hablarnos de manera cortés como Allah nos
ordena. "Hablad cortesmente" – wa kúlú
li-nnasi husnan- y decidle a la gente lo mejor.
¿Le
importa a Allah la etiqueta? En absoluto. Ni alucines con tener preferencia en
la otra vida sólo porque perteneces al club de Ahlu Sunna, al club de los Shia
de la familia del Profeta Muhammad (saws) o el club de la centena de Tariqas
existentes x, y, z ...Allah no tiene nuestros patéticos criterios en el juicio.
Afortunadamente.
Para
Allah existe únicamente esto:
“El día en el que en nada beneficien
bienes ni hijos (88), sino el
llegar a Dios con un corazón sano (89)”
(Los Poetas)
Énfasis en “corazón sano”.
"En verdad,
el más noble de vosotros ante Dios es quien posee
mayor temor de
Dios. En verdad, Dios todo lo conoce, está
bien informado.
(13) (Las Habitaciones Privadas)
Énfasis en “mayor temor de Dios” es decir, taqwa.
Y
como digo siempre, si queréis saber los triunfadores ante Allah, leed la Sura
de Los Creyentes poniendo atención en los diez primeros versículos.
Volviendo
a la terminología: Cuando el Profeta le fue ordenado enseñarle a las tribus
árabes que no existía divinidad alguna más que Allah y que sólo ÉL era y es el
merecedor de toda adoración sin socio alguno, no les dijo: Hoy y durante trece
años os voy a enseñar el Tawhid (Unicidad y no monoteísmo), y para eso tenéis
que estudiar el Tawhid según fulano. No les dijo tampoco: “Hoy os voy a enseñar
los fundamentos de la Aqida Tahaouia” (ni caso), y mucho menos les dijo
"Hoy os voy a iniciar en el “tasawwuf” o sufismo", está terminología
no existía entonces.
Aún
así, si hay algo que no debemos olvidar es que el Profeta Muhammad les
explicaba en qué consistía el Islam a quienes querían saber, en pocos minutos y
en palabras sencillas. No hablaba en una jerga incomprensible que había que
descodificar. El Islam consiste en esto, esto y esto. ¡Fin de la clase!
Ahora
no basta una sola vida para leerse y estudiar los cientos de compendios en cada
tema para, supuestamente, saber cómo tengo que relacionarme con Dios!
El
Islam de Allah y de Su Mensajero es sencillo, el de los musulmanes, complejo.
Lo han inflado y tergiversado tanto que ni el propio Profeta reconocería la
religión que él mismo enseñó.
El
Islam tiene tres niveles: Está la base, Islam (practicar los fundamentos de la
religión). El siguiente nivel es el Iman (fe) una fe vivida, no sólo creencias
abstractas, y finalmente el nivel más elevado que un siervo de Allah puede
alcanzar, el del Ihsan. Con estos tres niveles se completa la personalidad del
musulmán. Existe un esfuerzo –un yihad- que se debe realizar para evolucionar
de una fase a otra; no es soy musulmán, ergo soy el creyente perfecto.
Así
que partimos de ser musulmanes (muslimun), después creyentes (mu’minun), para
luego llegar al súmum : muhsinun, en términos coránicos.
El
Ihsan es adorar a Allah de manera que sientas su presencia las veinticuatro
horas del día. Recordar la presencia de Allah en tus vivencias cotidianas
porque, aunque tú no lo veas, Él sí te ve a ti en cada momento, es testigo de
lo que haces y dices, de lo que no haces y de lo que callas. Tener consciencia
de Allah en definitiva.
Uno
no sólo debe preocuparse de no caer en faltas físicas sino también preocuparse
de abstenerse de realizar las faltas del corazón (envidia, egoísmo,
hipocresía…) , las cuales son más devastadoras que las físicas en algunos
casos.
El
Corán no se olvida de mencionar este aspecto. Allah enfatiza la importancia de
la “Tazkiya” purificación en numerosos versículos. El objetivo es pulir nuestro
interior, adquirir nobles cualidades, perfeccionarse. Asemejarse a Dios en sus
atributos; Allah es El Misericordioso, sé misericordioso. Allah es El Justo, sé
justo. Allah es el Indulgente, sé indulgente…
Ese
Ihsan, esa Tazkiya pasaron a ser conocidos con un nuevo término: “Sufismo” o
“Tasawwuf”. (Origen de la palabra: gente que vestía súf, lana para cubrirse,
decidieron alejarse del mundo y llevar vida de ascetas)
El
Sufismo, Tazkiya o Ihsan no son otra cosa que la educación del nafs, ego- yo
(no confundir con ruh, espíritu, son dos cosas distintas) lamentablemente, y
como ha pasado con todo, el “Sufismo” se fue desvirtuando y desviando de su
esencia hasta convertirse en un circo, con prácticas y creencias opuestas al
Islam. Me pongo un turbante verde encima de la cabeza y ya soy maestro sufí con
un ejército de seguidores dispuestos a besarme los pies.
En
realidad, la relación con Allah debe ser íntima y personal. No una relación
publica. No tengo que ponerme la etiqueta de muhsin para que la gente se
entere. Mariam la muhsina wal hamdulillah. Muhammad el muhsin wal
hamdulillah…Ahh, no! que es el sufí y la sufía! No sé cuándo vamos a dejar de
ser tan infantiles.
No
existe purificación del yo sin relación con el Corán.
Resumen:
sufismo= tazkiya del yo=ihsan. diferentes nombres para lo mismo.
Todo
musulmán debe esforzarse para alcanzar el nivel de “Ihsan” para completar su
Islam. Por lo tanto, llamarse “sufí a sí mismo sobra”, no se trata de
pertenecer a una cofradía, ni vivir un Islam en paralelo a los demás o de
sentirse mejor que los demás por llevar una etiqueta. Allah sabe quién ha
alcanzado ese nivel y quién no.
*
Sobran también los disfraces "religiosos". El disfraz no hace ni al
muslim, ni al mu'min, ni mucho menos al muhsin.
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