La
misión de cada musulmán/a es la de devolverle al Islam su honor, su
estatus…Demostrar con hechos que el Islam es la religión de la misericordia,
tal y como Allah dijo “rahma para todos los mundos”, misericordia para todos
los mundos. La religión de la paz, de la apertura hacia los demás, del perdón,
del amor. Ni es la religión del odio, ni del aislamiento, ni del terrorismo, ni
del crimen. No se trata de una elección, se trata de una responsabilidad.
Algunos
ejemplos de la conducta ejemplar de un musulmán/ a:
La historia ocurrida en
Paris de una mujer musulmana embarazada atropellada accidentalmente por otra
mujer, que no la vio, cuando daba marcha atrás. La mujer tuvo a su hijo con
malformaciones a raíz del accidente. La policía le informó que tenía derecho a
presentar una denuncia en contra de ella y a cobrar una indemnización por
daños. La mujer y su esposo se negaron, ni quisieron denunciar, ni cobrar nada.
De hecho, la perdonaron en el mismo momento al no ser un acto deliberado; “ella
no lo hizo a propósito” dijo la mujer.
Otra
historia similar acontecida a un niño: Fue empujado por un niño en la escuela y
se calló fracturándose gravemente la mano, esta vez los padres del niño ni se
disculparon. El padre no quiso presentar una denuncia, ni cobrar la
indemnización a la que tenía derecho. “Somos musulmanes, somos indulgentes, no
buscamos ni recompensa, ni reconocimiento”.
Más
ejemplos en donde un musulmán debe mostrar excelencia en su conducta : En el
supermercado, cuando ves que detrás de ti hay una persona que sólo tiene un
producto o dos mientras tú tienes tu carro lleno, podrías darte la vuelta y
cederle el turno con una amable sonrisa. Este modesto gesto será prueba
suficiente cuando alguien generalice respecto a musulmanes para que se diga:
“No son todos iguales, no se debe generalizar”, y tú realizas ese acto por
Allah. Trata a la gente con semblante sonriente y no con semblante malhumorado.
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(A
la gente no le interesan los metros de tela que llevas encima, no le interesa
la cantidad de pelos que llevas en tu cara, no le interesan tus oraciones…Le
interesa tu conducta, tu ética, tus modales. Si fallas en eso, y fallamos,
porque no sabemos nada de la verdadera Sunna del Profeta, sólo repetimos como
loros el término en vez de encarnar el carácter profético, o es que el
versículo de “Ciertamente
eres de un carácter magnánimo” está ahí por puro relleno. La Sunna no son palabras que
se dicen en ocasiones, no es un disfraz que se viste, no es una apariencia
...La Sunna son acciones que se repiten hasta convertirse en una personalidad.
Si fallas, pierdes toda credibilidad fuera y dentro de la comunidad, y con ello,
pierde el Islam.)
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