En
la actualidad existen dos corrientes de pensamiento en el mundo islámico:
El
pensamiento clásico y tradicional que sacraliza todo el contenido del legado
islámico (compendios de hadices, libros de exégesis, libros de sabios…) elevándolos
a Corán dos… ¡Ahh no, pero si el Corán no existe para esta gente, excepto
cuando muere alguien! Por lo tanto, es un haram mayor cuestionar un sólo fonema
de ese contenido y, quien se atreva a llevar a cabo dicha empresa, no sólo se
le excomulgará del Islam, sino que se iniciará en su contra una verdadera caza
de brujas al mejor estilo medieval.
Antes
muerto que decir que X erró en tal cuestión, que tal hadiz etiquetado como
“auténtico” es una evidente falsedad, que forma parte de las israiliat, o que
insulta al propio Creador, o al propio Profeta Muhammad …Que arda Troya, pero
que nadie se acerque a ese legado. Los “portavoces del Cielo” están dispuestos
hasta a negar verdades, e interpretar el Corán a su gusto para que ese legado
no pierda su estatus de “Sagrado”.
Esta
corriente es la predominante. Independientemente de nacionalidades, países e
idiomas, los musulmanes poseen la misma mentalidad respecto al legado puesto
que han sido bien adoctrinados por los maestros y charlatanes de esta época
deprimente.
La
segunda corriente reside en el rechazo absoluto de todo lo que no sea Corán. Si
no es Corán, debe acabar o en la basura, o en la hoguera.(bueno, siempre
quedará la versión PDF)
Ambas
corrientes son fruto de la emoción; se trata de las dos caras de la misma
moneda. Un extremo desafiando a otro extremo. Así es como se ha ido
desvaneciendo el Islam de Allah transmitido por Su Mensajero entre unos y
otros. El ochenta por cierto, o incluso más, del Islam de los musulmanes, no
guarda relación alguna con el Islam del Corán, cualquier semejanza es mera
casualidad.
Por
suerte, en los últimos años ha surgido una nueva forma de abordar ese legado
polémico, lejos de emociones y fanatismos, gracias a personas dotadas de
intelecto y de madurez intelectual, quienes dedican su tiempo a la
investigación aplicando una metodología rigurosa en aras de recuperar el Islam
de Allah. Gracias a ellos, la gente está despertando de su letargo conmocionada
al conocer que lo considerado durante toda su vida como verdades absolutas, al
final ni eran verdades, ni mucho menos absolutas.
Se
dieron cuenta de que “el clero”, los portavoces del Cielo, les vendieron el
Islam de las escuelas, de la historia, de los juristas, de los…De todos, menos
el Islam de Allah.
Nace
una necesidad imperiosa de encontrar respuestas, pero sobre todo, de recuperar
el Islam que trasmitió el Mensajero de Allah, que para eso fue elegido como el
vínculo entre El Cielo y la tierra; para enseñar que en su ausencia, había que
aferrarse a la palabra Divina, había que adorar a Allah únicamente. Ni al
legado, ni a sus dueños.
La
verdad está ahí fuera. No hay mayor verdad que esa; está ahí fuera, pero no
está al alcance de todos. Requiere de valentía; valentía para buscarla,
valentía para abrazarla una vez encontrada y reconocida como tal.
El
legado islámico contiene luces y sombras, perlas y horrores. Esa es la verdad,
quien quiera rechazarla, quien quiera seguir defendiendo ciega y vehementemente
ese legado como si fuera palabra Divina –astagfirullah- que asuma las consecuencias
ante El Altísimo. En ese día no habrá sheikh, ni imam alguno que lo defienda.
Allah no tiene socios.
No
obstante, antes de emprender el largo (o tal vez corto, según las herramientas
disponibles) viaje en busca de la verdad, debemos abrazar antes el Corán con
fuerza, armarnos con una profunda y sólida cultura coránica. El Corán es la
brújula, sin ella se pierde el rumbo por completo.
Existe
gente de dos semanas de “islam” que conoce el significado de “desviado y de
desviación”, pero que es incapaz de saber la manera de tratar a sus propios
padres. Obvio, ahora soy musulmán/a alhamdulillah mientras que los demás son
“incrédulos”. Tengo mis propios hermanos ahora, y mejor aún, tengo a otros
“padres” que me educan a ser “musulmán/a alhamdulillah”. Allahu Akbar!
Sinceramente,
uno no sabe si reírse o llorar ante tal nivel. El cerebro musulmán está tan
narcotizado, por no decir clínicamente muerto, que ya dudo de que existan
esperanzas de recuperación, a menos que sea mediante un trasplante de cerebro.
Método
Para Abordar Hadices
Si eres recién
converso o recién aprendiendo Islam, aún si has heredado el Islam de tus padres: Abstenerse, tu
prioridad es el Corán.
Tratar
con hadices es meterse en arenas movedizas cuando no tenemos un conocimiento
básico del tema, cuando desconocemos la terminología y sus implicaciones, y
sobre todo, cuando no somos conscientes de que estamos tratando con una obra
humana, con un esfuerzo humano, para empezar. Los dueños del legado ni eran
profetas, ni tenían contacto directo con el Cielo. Se les agradece el esfuerzo,
que Allah les tenga en Su Misericordia y les perdone sus errores, pero como
cualquier obra humana, debe ser sometida a un profundo análisis de sumo rigor
científico. Estamos hablando de lo que se le atribuye al Profeta Muhammad.
La
defensa del Profeta, el amor hacia él, empieza por dejar de calumniarlo en
nombre de “dijo fulano que el Profeta dijo”. Él no está en este mundo para
desmentir lo que se dice en su nombre, pero el Corán sigue presente (al menos
físicamente, porque intelectualmente ha muerto) el Corán es quien juzga en todo
momento y no una mera etiqueta estampada bajo una narración. Ni mucho menos el
nombre de quien sea, si se miente en nombre del Profeta, mentirán en nombre de
los demás también.
No
saber por ejemplo que el término “sahih” no implica autenticidad absoluta
acarrea graves consecuencias. Ignorar que todos los hadices “Sahih” no se
encuentran forzosamente en Bujari –Muslim, o que todo el contenido (versión
completa) de los dos sahihes están exentos de hadices no sahihes, israiliat,
hadices inventados…También supone un grave problema.
Cosas
Que Hay Que Saber
*El
imam Ad-dahabi, hombre que consagró toda su vida al mundo de los hadices,
afirma en su “Siyar An-Nubala” sobre los hadices sahihes y no sahihes que
considera que seguramenteTODO lo narrado y atribuido al Profeta Muhammad (saws)
de hadices, no supera los CUATRO MIL hadices. Un número bastante lógico y
coherente si tenemos en cuenta de que el Profeta no se la pasaba hablando las
veinticuatro horas del día durante sus veintitrés años de Profeta.
Él
hablaba cuando era necesario, sus palabras eran contadas y eran profundas,
llenas de sabiduría.
Es
anormal tener todos esos compendios interminables llenos de “hadices que dijo
el Profeta”. Ochenta mil, setenta mil, veinticinco mil…
*Regla
básica: El Profeta JAMÁS contradice el Corán. Fuera israiliat.
*
Los asuntos de la creencia –Aqida- (Paraíso- Infierno/ fe –incredulidad) se
extraen ÚNICAMENTE del Corán. Allah no se olvidó de nada para que tengan que
venir otros a completar los fundamentos de la fe islámica.
*
No se toman en cuenta los hadices que desafían las verdades cosmológicas. Ya
vimos todos el famoso video del experto en cosmología que afirma que “la Tierra
es "estacionaria y no se mueve", ya, y las gallinas tienen dientes…O
hadices que afirman que el sol se postra bajo El Trono a descansar y luego le
pide permiso a Allah para salir al día siguiente…Allah preserve nuestros
cerebros.
*No
se toman en cuenta los hadices cuando se trata de hudud, crímenes penales. No
existe castigo al apostata, ni lapidación, ni cuentos. Allah no necesita a
NADIE que agregue castigos en Su nombre.
*
Los hadices sobre ética, modales, espiritualidad, hadices que incitan a buenas
obras, a mejorar como ser humano, a acercarse al Creador…Se aceptan sin
necesidad de asegurarse de si son o no auténticos.
*
Debemos conocer al Profeta Muhammad descrito en el Corán para no confundirnos
con el profeta de algunos hadices.
El
Profeta del Corán era de carácter magnanimo y misericordia para todos los mundos.
Que
Allah perdone a los musulmanes que mancillan su imagen y su memoria dando
credibilidad a narraciones inventadas por adorar un legado humano.
Estas
son algunas reglas básicas con las que guiarse en la lectura de hadices. No se
trata de aceptar o de rechazar según nuestro antojo, existe toda una
metodología al respecto. Pero lo más importante es activar todas las neuronas y
tener instalado el Corán en el cerebro.
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