miércoles, 22 de abril de 2015

Pensamiento Islámico


En la actualidad existen dos corrientes de pensamiento en el mundo islámico:


El pensamiento clásico y tradicional que sacraliza todo el contenido del legado islámico (compendios de hadices, libros de exégesis, libros de sabios…) elevándolos a Corán dos… ¡Ahh no, pero si el Corán no existe para esta gente, excepto cuando muere alguien! Por lo tanto, es un haram mayor cuestionar un sólo fonema de ese contenido y, quien se atreva a llevar a cabo dicha empresa, no sólo se le excomulgará del Islam, sino que se iniciará en su contra una verdadera caza de brujas al mejor estilo medieval.

Antes muerto que decir que X erró en tal cuestión, que tal hadiz etiquetado como “auténtico” es una evidente falsedad, que forma parte de las israiliat, o que insulta al propio Creador, o al propio Profeta Muhammad …Que arda Troya, pero que nadie se acerque a ese legado. Los “portavoces del Cielo” están dispuestos hasta a negar verdades, e interpretar el Corán a su gusto para que ese legado no pierda su estatus de “Sagrado”.

Esta corriente es la predominante. Independientemente de nacionalidades, países e idiomas, los musulmanes poseen la misma mentalidad respecto al legado puesto que han sido bien adoctrinados por los maestros y charlatanes de esta época deprimente.

La segunda corriente reside en el rechazo absoluto de todo lo que no sea Corán. Si no es Corán, debe acabar o en la basura, o en la hoguera.(bueno, siempre quedará la versión PDF)

Ambas corrientes son fruto de la emoción; se trata de las dos caras de la misma moneda. Un extremo desafiando a otro extremo. Así es como se ha ido desvaneciendo el Islam de Allah transmitido por Su Mensajero entre unos y otros. El ochenta por cierto, o incluso más, del Islam de los musulmanes, no guarda relación alguna con el Islam del Corán, cualquier semejanza es mera casualidad.

Por suerte, en los últimos años ha surgido una nueva forma de abordar ese legado polémico, lejos de emociones y fanatismos, gracias a personas dotadas de intelecto y de madurez intelectual, quienes dedican su tiempo a la investigación aplicando una metodología rigurosa en aras de recuperar el Islam de Allah. Gracias a ellos, la gente está despertando de su letargo conmocionada al conocer que lo considerado durante toda su vida como verdades absolutas, al final ni eran verdades, ni mucho menos absolutas.

Se dieron cuenta de que “el clero”, los portavoces del Cielo, les vendieron el Islam de las escuelas, de la historia, de los juristas, de los…De todos, menos el Islam de Allah.

Nace una necesidad imperiosa de encontrar respuestas, pero sobre todo, de recuperar el Islam que trasmitió el Mensajero de Allah, que para eso fue elegido como el vínculo entre El Cielo y la tierra; para enseñar que en su ausencia, había que aferrarse a la palabra Divina, había que adorar a Allah únicamente. Ni al legado, ni a sus dueños.

La verdad está ahí fuera. No hay mayor verdad que esa; está ahí fuera, pero no está al alcance de todos. Requiere de valentía; valentía para buscarla, valentía para abrazarla una vez encontrada y reconocida como tal.
El legado islámico contiene luces y sombras, perlas y horrores. Esa es la verdad, quien quiera rechazarla, quien quiera seguir defendiendo ciega y vehementemente ese legado como si fuera palabra Divina –astagfirullah- que asuma las consecuencias ante El Altísimo. En ese día no habrá sheikh, ni imam alguno que lo defienda. Allah no tiene socios.

No obstante, antes de emprender el largo (o tal vez corto, según las herramientas disponibles) viaje en busca de la verdad, debemos abrazar antes el Corán con fuerza, armarnos con una profunda y sólida cultura coránica. El Corán es la brújula, sin ella se pierde el rumbo por completo.

Existe gente de dos semanas de “islam” que conoce el significado de “desviado y de desviación”, pero que es incapaz de saber la manera de tratar a sus propios padres. Obvio, ahora soy musulmán/a alhamdulillah mientras que los demás son “incrédulos”. Tengo mis propios hermanos ahora, y mejor aún, tengo a otros “padres” que me educan a ser “musulmán/a alhamdulillah”. Allahu Akbar!

Sinceramente, uno no sabe si reírse o llorar ante tal nivel. El cerebro musulmán está tan narcotizado, por no decir clínicamente muerto, que ya dudo de que existan esperanzas de recuperación, a menos que sea mediante un trasplante de cerebro.

Método Para Abordar Hadices

Si eres recién converso o recién aprendiendo Islam, aún si has heredado el Islam de tus padres: Abstenerse, tu prioridad es el Corán.

Tratar con hadices es meterse en arenas movedizas cuando no tenemos un conocimiento básico del tema, cuando desconocemos la terminología y sus implicaciones, y sobre todo, cuando no somos conscientes de que estamos tratando con una obra humana, con un esfuerzo humano, para empezar. Los dueños del legado ni eran profetas, ni tenían contacto directo con el Cielo. Se les agradece el esfuerzo, que Allah les tenga en Su Misericordia y les perdone sus errores, pero como cualquier obra humana, debe ser sometida a un profundo análisis de sumo rigor científico. Estamos hablando de lo que se le atribuye al Profeta Muhammad.

La defensa del Profeta, el amor hacia él, empieza por dejar de calumniarlo en nombre de “dijo fulano que el Profeta dijo”. Él no está en este mundo para desmentir lo que se dice en su nombre, pero el Corán sigue presente (al menos físicamente, porque intelectualmente ha muerto) el Corán es quien juzga en todo momento y no una mera etiqueta estampada bajo una narración. Ni mucho menos el nombre de quien sea, si se miente en nombre del Profeta, mentirán en nombre de los demás también.

No saber por ejemplo que el término “sahih” no implica autenticidad absoluta acarrea graves consecuencias. Ignorar que todos los hadices “Sahih” no se encuentran forzosamente en Bujari –Muslim, o que todo el contenido (versión completa) de los dos sahihes están exentos de hadices no sahihes, israiliat, hadices inventados…También supone un grave problema.

Cosas Que Hay Que Saber

*El imam Ad-dahabi, hombre que consagró toda su vida al mundo de los hadices, afirma en su “Siyar An-Nubala” sobre los hadices sahihes y no sahihes que considera que seguramenteTODO lo narrado y atribuido al Profeta Muhammad (saws) de hadices, no supera los CUATRO MIL hadices. Un número bastante lógico y coherente si tenemos en cuenta de que el Profeta no se la pasaba hablando las veinticuatro horas del día durante sus veintitrés años de Profeta.
Él hablaba cuando era necesario, sus palabras eran contadas y eran profundas, llenas de sabiduría.
Es anormal tener todos esos compendios interminables llenos de “hadices que dijo el Profeta”. Ochenta mil, setenta mil, veinticinco mil…

*Regla básica: El Profeta JAMÁS contradice el Corán. Fuera israiliat.

* Los asuntos de la creencia –Aqida- (Paraíso- Infierno/ fe –incredulidad) se extraen ÚNICAMENTE del Corán. Allah no se olvidó de nada para que tengan que venir otros a completar los fundamentos de la fe islámica.

* No se toman en cuenta los hadices que desafían las verdades cosmológicas. Ya vimos todos el famoso video del experto en cosmología que afirma que “la Tierra es "estacionaria y no se mueve", ya, y las gallinas tienen dientes…O hadices que afirman que el sol se postra bajo El Trono a descansar y luego le pide permiso a Allah para salir al día siguiente…Allah preserve nuestros cerebros.

*No se toman en cuenta los hadices cuando se trata de hudud, crímenes penales. No existe castigo al apostata, ni lapidación, ni cuentos. Allah no necesita a NADIE que agregue castigos en Su nombre.

* Los hadices sobre ética, modales, espiritualidad, hadices que incitan a buenas obras, a mejorar como ser humano, a acercarse al Creador…Se aceptan sin necesidad de asegurarse de si son o no auténticos.

* Debemos conocer al Profeta Muhammad descrito en el Corán para no confundirnos con el profeta de algunos hadices.

El Profeta del Corán era de carácter magnanimo y misericordia para todos los mundos.

Que Allah perdone a los musulmanes que mancillan su imagen y su memoria dando credibilidad a narraciones inventadas por adorar un legado humano.

Estas son algunas reglas básicas con las que guiarse en la lectura de hadices. No se trata de aceptar o de rechazar según nuestro antojo, existe toda una metodología al respecto. Pero lo más importante es activar todas las neuronas y tener instalado el Corán en el cerebro.

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