Frecuentemente,
nos quejamos y mostramos nuestro descontento por lo injusta que es la vida con
nosotros, por qué yo, por qué esto, por qué lo otro. Existe un detalle que se
nos escapa y que siempre hay que tener presente : Tenemos que entender la
naturaleza de este mundo, del plan divino; este mundo no está diseñado para que
sea un paraíso, todo lo contrario.
Esta
vida es una sucesión de pruebas para el ser humano, la prueba está dentro del
catálogo divino, y Allah lo afirma en varios versículos de manera flagrante.
"Él es Quien creó la muerte y la
vida para probaros y distinguir quién de vosotros obra mejor. Él es Poderoso,
Absolvedor" (67:2)
"¿Acaso creíais que os creamos sin
ningún fin" (22:115)
"Y por cierto que os probaré con
algo de temor, hambre, pérdida de bienes, vidas y frutos, pero albricia a los
pacientes.
Aquellos que cuando les alcanza una
desgracia dicen: Ciertamente somos de Allah y ante Él compareceremos.
Éstos son quienes su Señor agraciará con
el perdón y la misericordia, y son quienes siguen la guía." (2: 155-157)
Fuimos
creados para ser probados en cada instante hasta el final de nuestros días. El
Creador formula un pregunta a través de su decreto y tú estás obligado a dar
una respuesta. ¿Aprobarás el examen divino? ¿Suspenderás? Está en tus manos.
Si
existe la prueba divina, también existe al mismo tiempo la voluntad y el libre
albedrío. Si existe la pobreza, no es culpa del Creador -astagfirullah-, es
culpa de la avaricia humana, pero se trata de una prueba en la que se esconde
la decisión o indiferencia de ayudar al necesitado, a dibujar una sonrisa en su
rostro. La pobreza es una pregunta divina y nuestra decisión, la respuesta. Y
así con todo.
Otro
de los errores que solemos cometer todo el tiempo, es el pensar que si nos toca
algo bueno es que Allah está complacido con nosotros. Es en verdad la riqueza,
el éxito o la posición social una señal de la benevolencia de Allah con
nosotros? Veamos la respuesta, siempre desde el Corán:
"Por cierto que el hombre, cuando su
Señor le agracia dice: Mi Señor me ha honrado. Y cuando le merma su sustento,
dice: Mi Señor me ha desdeñado. Pero esto es una prueba de Allah [para
distinguir al paciente y al desagradecido], y vosotros no reflexionáis en ello,
pues no honráis al huérfano [y lo desdeñáis], Ni os exhortáis mutuamente a
alimentar al pobre. Os apropiáis codiciosamente de los bienes del prójimo
Y amáis la riqueza insaciablemente."
(89 : 15-20)
La
riqueza es una pregunta divina, no es una recompensa. Asimismo, la privación de
ella no equivale a un castigo divino. Es una prueba, una pregunta.
Tener
hijos o no tenerlos, casarse o no casarse, tener el mejor trabajo y después
perderlo ...Preguntas constantes del decreto divino.
Al
final todo recae en el individuo; en lo que decide, en lo que elige, en su
reacción, en la firmeza, debilidad o ausencia de su fe.
Como
creyentes, tenemos que prestar atención a esas preguntas que formula el Creador
a diario y debemos estar a la altura en nuestras respuestas, y no ser de
aquellos descritos en el siguiente versículo:
"Entre los hombres hay quienes
adoran a Allah con dudas, y si les ocurre un bien se sienten tranquilos; pero
si les acaece una desgracia reniegan de la fe, perdiéndose en este mundo y el
otro. Ésta es una pérdida evidente." (22:11)
Así
de pequeños somos. Que Allah nos dé la paciencia y sabiduría para afrontar
nuestras pruebas. Amin
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