jueves, 29 de enero de 2015

Educar En El Amor A Allah

“¡Firat! Es hora de dormir, querido. No juegues más”, le dije con voz decidida, su reacción fue cómica, sorprendente y preocupante a la vez: “Papá, si me haces dormir estaré triste y si tú me provocas tristeza, Allah te pondrá en el Infierno”.

Inicialmente me reí, pues nunca había oído tan terribles palabras de su boca pequeña e inocente. Pero me preocupó que hablase del Infierno. ¿Qué sabes sobre el Infierno, querido? Me dije a mí mismo. Esto no es algo que mi niño pueda imaginarse por sí solo. Esto es algo que no debe ser mencionado a la ligera ni por los adultos. Debemos recordar siempre el horrible lugar que es y nunca se debe bromear al respecto ni condenar gente a él a la ligera.
Esto me hizo pensar qué clase de valores, qué estructura de motivaciones debemos enseñar a nuestros hijos como musulmanes.

Para algunos musulmanes el Islam se ha convertido en una serie de prohibiciones: “No bebas alcohol, no comas cerdo y, en ciertas culturas, no comas carne de McDonalds”… y así sucesivamente. “Y si lo haces acabaras en el Infierno”. Para muchas personas, hasta aquí llegó su educación islámica. Los padres consideran que su obligación religiosa se cumplió: “Ahora dedícate a la educación secular para que puedas ganar mucho dinero”.

El resultado frecuentemente es que el niño crezca sin ninguna conexión espiritual con la fuente del Islam. El origen de la fe es el amor a Allah. La lista de “no hagas” y “haz” es un pequeño y periférico resultado de nuestra adoración a Allah. La adoración en el Islam se debe entender como la máxima expresión de amor y no un simple acto físico de inclinarse.

El Islam nos enseña sin compromisos a adorar y a querer a Allah como el centro, no solo de nuestra vida espiritual sino material. El fundamento del Islam es el Tawhid - Unicidad- y aquellos que piensan que el Tawhid es una cuestión de números –es decir, que tengamos uno en vez de tres o varios– pues están equivocados. El Tawhid consiste en hacer de Allah el centro de nuestra existencia, en agradecerle, en recordarlo, en buscar Su ayuda, confiar en El, complacerlo y, sobre todo, en amar a Allah.

Tenemos los mejores años de la infancia de nuestros hijos antes que sean adolescentes para inculcarles el amor a Allah, el reconocimiento de Sus bendiciones y presentar el modelo del Profeta, paz y bendiciones con él, a sus mentes y corazones.

Como nos muestra la ciencia, las conexiones de las neuronas cerebrales de nuestros hijos se están formando durante esos años, y los hábitos y habilidades aprendidos a esta edad definirán su personalidad sin pensar lo que sean luego. Una buena educación Islámica es casi como transmitir firmes buenos valores, modales y fe hasta sus corazones y mentes.


* Un individuo es el resultado de una educación.

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